Cómo Identificar y Tratar las adherencias después de una Cesárea.
La cesárea es una de las intervenciones quirúrgicas más comunes en muchos países, y en muchos casos, no es una opción sino la única manera segura de traer al bebé al mundo. Aunque la mayoría de las cesáreas se llevan a cabo de manera rutinaria y sin ningún problema asociado, muchas mujeres desconocen las complicaciones que pueden surgir meses o incluso años después de la operación.
Uno de los problemas más comunes es la formación de adherencias, un tipo de tejido cicatricial interno que se forma durante el proceso de curación. Si las adherencias no se tratan adecuadamente, pueden causar dolor crónico, infertilidad y problemas graves como obstrucciones intestinales. Lo complicado de las adherencias es que no se ven en pruebas diagnósticas habituales como radiografías o ecografías, lo que dificulta su detección y tratamiento temprano.
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¿Qué Son las Adherencias?
Las adherencias son bandas de colágeno que pueden envolverse alrededor de órganos internos y tejidos, restringiendo su movimiento y reduciendo la circulación sanguínea. Estas adherencias se forman en el cuerpo tras una intervención quirúrgica, un traumatismo, una infección o una inflamación.
Por desgracia, rara vez se habla de ellas y muchos pacientes nunca han oído el término «adherencias». Estas pueden variar desde finas telarañas que cubren los órganos hasta gruesas bandas que limitan la movilidad interna, y son una de las causas principales de dolor postquirúrgico no diagnosticado.
Cuando se produce una herida, como en el caso de una cesárea, el cuerpo activa una serie de procesos para cerrarla. Uno de los más relevantes es la producción de colágeno, que es esencial para la cicatrización. La forma en que este colágeno se organiza influye en la elasticidad y calidad del tejido cicatricial. En muchas ocasiones, este colágeno no se dispone ordenadamente, sino que lo hace de forma aleatoria, produciéndose entrecruzamientos patológicos entre sus fibras. Es esto lo que denominamos adherencias.
Las adherencias son bandas de tejido fibroso, en muchas ocasiones relacionado con la falta de colágeno durante la cicatrización. Estas adherencias pueden causar dolor, limitar la movilidad y reducir el flujo sanguíneo en la zona, generando una sensación de tirantez o tensión en el abdomen.
Síntomas Comunes de las Adherencias Post-Cesárea
Muchas mujeres que han tenido una cesárea notan síntomas que no siempre son fáciles de identificar.
Aunque los médicos a menudo atribuyen ese malestar a un proceso de recuperación normal, el dolor nunca debe ignorarse. La fisioterapia especializada, ayudará a reducir las adherencias, aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad de los tejidos afectados.
Puedes leer esta entrada sobre Los Mejores Tratamientos de Fisioterapia para la Cicatriz de Cesárea, una de las entradas del blog más completas sobre la recuperación de la cicatriz de la cesárea.
Aquí hay algunos síntomas que podrían indicar la presencia de adherencias:
- Dolor abdominal no diagnosticado, incluso años después de la cesárea.
- Dificultad para mantenerse erguida debido a la tirantez en el abdomen.
- Abdomen hinchado o abultado.
- Dificultad en movimientos de la vida diaria o en ejercicios de la práctica deportiva.
- Dolor durante las relaciones sexuales.
- Dificultad o dolor durante la defecación.
- Infertilidad secundaria.
- Dolor pélvico crónico.
- Mayor dolor menstrual desde la cesárea.
Si experimentas alguno de estos síntomas, podría ser una señal de que tienes adherencias internas. Acude a una revisión especializada con tu fisioterapeuta de suelo pélvico.
Cómo Identificar las Adherencias a través de la Cicatriz de la Cesárea
Sorprendentemente, la apariencia de la cicatriz externa puede dar pistas sobre lo que sucede en el interior del cuerpo, especialmente en la zona profunda de la cicatriz. Algunas investigaciones sugieren que existe una fuerte correlación entre las características físicas de una cicatriz externa de cesárea y las adherencias que hay debajo de ella.
Las mujeres con cicatrices planas y pequeñas sin cambios significativos en la pigmentación o coloración de la piel, tienen menos probabilidades de tener adherencias en la pelvis. Por ejemplo, la foto de abajo.
Sin embargo, si tu cicatriz es gruesa, elevada o tiene una pigmentación diferente al resto de la piel, esto puede ser un indicador de adherencias debajo de la cicatriz. También, si tu cicatriz se ve hundida o pegada hacia el interior, puede sugerir la presencia de adherencias más profundas.
Además, las mujeres con cicatrices de color más oscuro que el resto de la piel son mucho más propensas a tener adherencias, independientemente de si la cicatriz se hunde, queda plana o sobresale.
¿Qué Hacer Si Crees Que Tienes Adherencias?
Si reconoces alguno de los síntomas mencionados y sientes dolor en la zona de la cicatriz, es posible que tengas adherencias postquirúrgicas. Afortunadamente, existen opciones de tratamiento no invasivo, como la fisioterapia especializada, que pueden ayudar a reducir las adherencias, aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad de los tejidos afectados.
Incluso si han pasado años desde tu cesárea, nunca es tarde para tratar las adherencias y mejorar tu calidad de vida.
Consulta con un Especialista
Si crees que podrías tener adherencias después de una cesárea, te recomendamos que te pongas en contacto con un fisioterapeuta especializado. En muchos casos, una evaluación individualizada puede hacer una gran diferencia en tu recuperación. La terapia manual y técnicas específicas pueden liberar las adherencias y mejorar la movilidad, reduciendo el dolor y los síntomas relacionados.
Si tienes dudas o deseas más información, no dudes en escribirnos.
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